
Las excelentes condiciones que el río Nilo ofrecía para el cultivo de cereales, gracias a sus periódicas crecidas, permitió cultivos que provocaron mejorar las técnicas de panificación. Entonces se crearon los primeros hornos para cocer el pan, hacia el año 4000 a.C.
Según un historiador francés, los egipcios "inventaron" la costumbre gastronómica de colocar un pequeño pan de trigo en el lugar de cada comensal.
El alimento de los egipcios pobres era pan de trigo y cebolla -de ahí el famoso "Contigo, pan y cebolla". Era pan sin fermentar -sin levadura- o pan ácimo.
Pero, luego, los egipcios descubrieron la fermentación y con ella el verdadero pan: el pan fermentado a base de trigo.
El código de Hammurabi (2000 a.C.) menciona la "cerveza comible" y "pan bebible", refiriéndose al pan y a la cerveza de cebada, elaborados con la mezcla de cebada y levadura.
Comerciando con los egipcios, los griegos conocieron el pan, y en el siglo III a.C. desarrollaron la panadería como arte, creando más de 70 modelos diferentes, con masas panaderas: trigo, cebada, avena, salvado, centeno y masa de arroz; con especias, miel, aceites, frutos secos, etc.
El pan comenzó siendo para los griegos un alimento ritual de origen divino y luego fue el símbolo de la comida por excelencia. El pan ácimo era considerado un manjar, y lo mencionaron Homero, Platón, Aristófanes, Ateneo....
En la sociedad romana, inicialmente el pan era comida sólo de los adinerados.
Pero en el año 30 a.C., ya había 300 panaderías en Roma dirigidas por profesionales griegos; y el precio era regulado por los magistrados. En el año 100 d.C., en época del emperador Trajano, se constituyó el pionero Colegio Oficial de Panaderos, que tenía carácter privilegiado (exención de impuestos) y reglamentaba la profesión, que era hereditaria: de padres a hijos.
Los romanos mejoraron los molinos, las máquinas de amasar, y los hornos
Roma llevó la cultura del pan a todas sus colonias, excepto a Hispanía, donde el pan no era novedad: los celtíberos ya conocían las técnicas de amasar y panificar el trigo desde el siglo 3 a.C.
En 2018, la panadería ya se ha industrializado, excedido, deformado, perdiendo conceptos alimentarios.
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La clave es preparar el pan en casa porque
> el pan casero puede evitar azúcares y grasas de mala calidad en su interior
> el pan casero puede incluir cereales integrales, harinas de legumbres, definitiva es un pan con más fibra, más proteínas y micronutrientes, y
> el pan casero permite elaborarlo en un día y congelarlo por rebanadas o trozos para consumir cada día pan fresco y hecho en casa.
Preparación
Hay 2 formas de preparar pan:
** Comprarse una máquina panificadora hogareña y aprender a usarla.
** Aprender a hacerlo en el horno propio, a la vieja usanza. En este caso seguir estos datos:
> Vertir la levadura sobre el agua y déjala reposar durante unos 10 minutos.
> Mezclar la harina y la sal en un bowl.
> Abrir un agujero en el centro de la harina y echa la mezcla del agua y levadura.
> Mezclar en sentido circular con tus manos, hasta que la mezcla se despegue de las paredes del recipiente.
> Espolvorear una superficie plana y extiende la masa.
> Estirar y doblar con tus manos durante unos 15 minutos hasta obtener una masa homogénea y suave.
> Tomar esta masa y hazla una bola. Introdúcela en el bowl, previamente limpio, seco y untado con un poco de aceite de oliva.
> Tapa con papel film y deja reposar durante 1 hora. En este tiempo la levadura actuará y hará que la masa duplique su tamaño.
> Transcurrido el tiempo vuelve a amasar, esta vez en sentido circular otro rato. Repite varias veces.
Dale a la masa la forma de pan deseada, ya sea alargada o redonda y ponla a fermentar durante 50 minutos más sobre la bandeja de horneado. Cúbrela con un paño limpio.
> Precalentar el horno a 250°C.
> Tomar una bandeja más pequeña y llénala con agua. Ponla en la base del horno. Introduce la masa en el horno.
> Dejar hornear por 20 minutos, retira la bandeja con agua, baja la temperatura a 200 grados y hornea 15 minutos más.
> Para este entonces ya debería estar listo tu pan casero. Déjalo enfriar y consúmelo, preferiblemente, al día siguiente.
Categorías:
Pero retrocedamos un poco, y en vez de avanzar hacia los panes más elaborados vayamos hacia recetas de panes de sabor neutro. Gabriela Gottau hizo un trabajo muy bueno para la web Vitonica hizo una gran contribución al respecto, identificando mezclas apropiadas para panes:
> Pan integral de trigo espelta (un supercereal de moda) y centeno: es un pan con más fibra y proteínas que el clásico a base de harina de trigo. Es de un color más oscuro pero tiene un sabor muy agradable que a algunos les recuerda a frutos secos.
> Pan de molde integral de avena: en este caso la receta propone el uso de harina de fuerza junto a harina integral, pero recomendamos usar harina integral en reemplazo de la primera pues de igual forma quedará un buen pan, esponjoso y de mejor calidad nutricional para incluir a la dieta habitual.
> Pan de soda con trigo sarraceno y pipas de calabaza: en este caso tenemos un extra de proteínas de calidad y calcio derivadas de los lácteos que incluye la receta. Aunque también tendremos mucha fibra, potasio, magnesio y vitaminas del complejo B derivadas de las pipas y de la avena en copos que son parte de este pan.
> Panecillos de batata: para incluir batata a nuestra mesa y disfrutar de sus beneficios podemos elaborar estos panecillos en los que recomendamos reemplazar la harina de fuerza por harina de trigo integral, de manera de obtener más fibra y proteínas de origen vegetal, además de los carotenos y el potasio que ofrece la batata.
> Pan rápido con semillas: con mucho calcio, proteínas y fibra este pan es muy sencillo de realizar, además de sabroso y colmado de vitaminas derivadas de todos los ingredientes de la receta.
> Pan integral: usando harina de trigo integral y levadura en polvo podemos elaborar este pan de forma sencilla. Es una receta básica a la que podemos añadir ingredientes para dar sabor diferente o bien, sumar semillas, frutos secos u otros ingredientes de buena calidad nutricional para diversificar el pan de cada mañana.
> Pan integral con semillas: es mi receta preferida y la que repito siempre que puedo en casa. Nos apetece mucho el sabor añadido de las semillas y la verdad, si bien requiero tiempo no resulta para nada complejo su elaboración y disponemos de pan sano y casero toda la semana.
> Pan de soda de centeno con yogur y pasas: 100% integral, con proteínas de calidad y un extra de fibra derivado de las pasas este pan resulta muy recomendable para obtener energía de calidad en un desayuno.
Otras:
> Pan de maíz y finas hierbas: ideal para sumar vitamina A y carotenos a nuestro pan es el uso de harina de maíz que además, tiene más fibra que la harina de trigo tradicionalmente usada para elaborar pan, por lo que resulta una opción muy saludable.
> Pan de papa, queso de cabra y albahaca: es una receta original, sin harinas refinadas y colmada de potasio, calcio y proteínas de calidad que brindarán saciedad al organismo.
> Pan integral de espelta a las finas hierbas: usando harina de espelta integral únicamente (reemplazar la harina de espelta refinada) podemos lograr este pan mucho más sano, ideal para acompañar una ensalada en la comida o tostar para servir de aperitivo sano.